KILL BEER

Resulta que este fin de semana me lo he pasado borracha como una rata. Razon: ninguna aparentemente pero encartó asi.

Todo empezo una bonita mañana de sabado en un pueblo de la provincia de Jaen de cuyo nombre no puedo quiero acordarme. Eran las 14:35 horas y nuestra protagonista, una joven atracativa, entro al bar con la sana intencion de tomarse una cervecica, que ya eran horas. Su acompañante, un chico alto, fuerte, pecho palomo, la acompañaba en momentos tan decisivos. Fue justo al entrar, ni un segundo mas ni un segundo menos, cuando una de las mesas mas concurridas grito al unisono un fuerte: EHHHHHHHHHHHHHH, que en dialecto suahili significa: chicos, hay sitio en nuestra mesa, acercaos sin miedo. Como nuestra pareja conocia a los susodichos creyeron que era buena idea acoplarse vilmente en pos de pasar un buen rato, craso error por su parte, teniendo en cuenta el final de esta historia.. pero no quiero desviarme, y menos en publico...
Era un bar coqueto, con taburetes de madera, las mesas eran barriles, y OH¡¡¡ sorpresa¡¡¡ en cada mesa yacia erecto un grifo de cerveza marca Croscampus (no quiero hacer publicidad) Era un autoservicio.. en varias pantallas planas situadas estrategicamente encima de las mesas se veia con claridad la cantidad de cerveza consumida por cada grupo, amen de su nombre de guerra y la velocidad a la que se engullía tan dorado liquido. Todo empezó como una broma, su nombre de guerra era: como una rata, nombre que en un principio le parecio a nuestra amiga un tanto ambiguo pero que conforme iba pasando el tiempo cobraba un significado cada vez mas claro. Nuestra protagonista, llamemosle por ejemplo y al azar.. Lea.. estaba rodeada de ocho especimenes del sexo contrario, por lo menos a simple vista. Uno de ellos se pasó el resto de la historia bebiendo pepsi light, lo que le valió el cariñoso apodo de disidente y esquirol, ambos adjetivos impuestos por Lea y que se coreaban de manera efusiva cada vez que el grifo se abria para escanciar una ronda en la que él, por supuesto, no participaba. Asi fue pasando el tiempo, y cada vez que se abria el grifo, todos miraban hacia arriba como hebreos esperando que cayese maná, o como juan luis guerra deseando que lloviese café en el campo. La pantalla les iba ofreciendo noticias cada vez mas alentadoras, hasta que llegó el record de la hora. Si, era suyo, lo habian pasado casi sin darse cuenta, entre jijijis y jajajas. En ese momento se dieron cuenta del potencial que tenian, y sin decir una palabra, quedo claro que ahi, y solamente ahi, empezaba un campeonato a muerte.. el campeonato por el record de consumo. Sabian que todavia quedaba un largo camino por recorrer y que estaban a mas del doble del camino para conseguirlo, pero era una cuestion de dignidad, asi que ( ellos ) se agarraron los machos y nuestra amiga Lea se desabrochó sigilosamente el boton del pantalon, y se encaminaron a la aventura mas intensa de sus vidas...

CONTINUARA...